lunes, 23 de julio de 2007


LEÓN: Una obra pictórica no está terminada cuando la última pincelada descansa junto a la paleta. Es justamente en ese momento, donde el pintor se aleja unos metros de la tela y comienza a mirarla. Rechazo o aceptación. Paternidad o huída. Es el momento de la firma, de sellar por siempre con el nombre de uno ese placer o tortura del arte. Algunos más, otros menos, todo pintor deja muchas pinturas huèrfanas, esperando infructuosamente su firma. Como si hubiera momentos, historias y situaciones que no se culminan por más que uno lo desee. Sino que siguen allí, vivas, por el tiempo del tiempo, reclamando algo. Reclamando.

Viernes 27 Despedida


Pablo Quiroga


Geraldine Seff


Marcelo Velázquez


foto función